La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), fiel a su vocación como Casa abierta al tiempo, ha desarrollado una plataforma de investigación aplicada que integra biotecnología, ingeniería alimentaria, saberes tradicionales y enfoque social; por ello, en el marco del convenio de colaboración firmado entre la Institución y la Secretaría de Salud del Gobierno de México.
La Universidad trabaja en 15 proyectos científico-tecnológicos orientados al desarrollo de alimentos funcionales, con el objetivo de contribuir a la prevención de enfermedades crónicas, mejorar la nutrición de la población y fortalecer la soberanía alimentaria del país.
La alianza estratégica firmada hace unos días, se inscribe en las acciones del Plan México, que busca articular la capacidad científica de las instituciones académicas con el desarrollo industrial nacional, mediante la transferencia de conocimiento hacia soluciones productivas con impacto social.
Las investigaciones de esta casa de estudios se agrupan en cuatro grandes ejes temáticos: enfermedades cardiovasculares y metabólicas; nutrición y deficiencias; salud gastrointestinal, inmunológica y mental; así como sustentabilidad y conservación de alimentos.
Los alimentos funcionales se han consolidado como una de las respuestas más prometedoras ante los retos de salud pública derivados de la vida moderna; su capacidad para ofrecer beneficios adicionales a la nutrición básica, como la regulación de glucosa, la mejora del perfil lipídico o el fortalecimiento del sistema inmunológico, los posiciona como herramientas clave en la prevención de enfermedades crónicas. Además, responden a la creciente demanda internacional de productos saludables, sostenibles y culturalmente pertinentes.