“Al realizar mi internado empecé a tener problemas para conciliar el sueño, a pesar de que estuviera cansada e hiciera jornadas de 36 horas. Cuando lograba dormir tenía una sensación sofocante; sentía que ‘se me subía el muerto’ y no podía hablar, moverme ni gritar”, expresó Fernanda Hernández Zarza, médica.
También aseguró que tenía pesadillas muy vívidas, en las que veía caras, sombras e incluso, escuchaba voces distorsionadas. Dijo que esto comenzó a afectarle en su vida diaria hasta llegar al punto en el que prefería no dormir, ya que le causaba mucho miedo porque sentía que nadie podía ayudarla.
Cuando una persona afirma que “se le sube el muerto”, se trata de un trastorno del sueño conocido como “parálisis del sueño”, que es común entre la población (sobre todo en aquellas personas con turnos cambiantes como médicos, enfermeras, vigilantes de seguridad o soldados) provocándoles inmovilización o que no puedan hablar en el momento que tratan de conciliar el sueño o cuando están despertando.
“Este despertar incompleto pone en alerta nuestros sentidos, pero la función motora voluntaria del cuerpo se encuentra bajo el efecto del sueño MOR, que es una de las fases que caracterizan nuestro ciclo vigilia-sueño. En el sueño MOR hay una estructura a nivel del cerebro que se encarga de paralizar los músculos voluntarios, mientras la actividad de la corteza cerebral se encuentra activa”, explicó Milton René Morán Morales, médico de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.



