El ecocidio podría tratarse de un delito cercano al genocidio porque desplaza a poblaciones enteras, provoca crímenes contra los defensores del medio ambiente y se asocia a otros fenómenos globales como el cambio climático, aseguró el director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, Gerardo Torres Salcido.
Esta entidad universitaria, dijo, impulsa visiones nuevas sobre Latinoamérica, por lo que cuenta con académicos destacados en los ámbitos nacional e internacional que investigan fenómenos como desplazamientos, despojos y violencias también contra las comunidades.
Al participar en el Seminario Internacional El delito de ecocidio en América Latina, añadió: “estamos interesados en los derechos humanos y en la interrelación entre la sociedad y nuestros ecosistemas”, porque ese es un problema creciente en la región.
Stop Ecocidio Internacional es una asociación que busca desarrollar un trabajo global, intersectorial y colaborar con agentes clave para caracterizar ese ilícito como un crimen internacional. Se pretende que sea incorporado en la Corte Penal Internacional, y eso “me parece muy importante”, puntualizó.
A decir de la investigadora del CIALC, Eva Leticia Orduña Trujillo, la afectación climática y al medio ambiente se vincula con la de otros derechos: el primero de ellos, la vida.