La luz de una tarde soleada de noviembre se refleja en los canales de Xochimilco. Entre los cultivos de maíz y hortalizas caminan Lourdes Fuentes Martínez y Macrina (o Macri, como le dicen) Dehesa Sánchez. Ambas son chinamperas y tienen un compromiso en común: ser Doctoras de los Suelos en esta emblemática zona lacustre ubicada al sur de la Ciudad de México.
“Es una gran responsabilidad y alegría. Quiero compartir el conocimiento que adquirí con más gente, que sepan de la importancia de conservar y proteger este recurso”, expresa Lulú.
“Al empezar esta formación, en mi terreno no crecía nada. Ahora da de todo. Aprendí cosas muy prácticas, sencillas y económicas para efectuar su análisis, revisar su fertilidad y cuidarlo mejor”, narra Macri, envuelta en el olor a lavanda, menta y romero que desprende su parcela.
Mediante el Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS) de la UNAM, que desde 2021 es el promotor nacional de la iniciativa de la AMS-FAO conocida como Programa Global de Doctores de los Suelos (PDS), ellas, y 681 personas más, se han certificado en 16 estados del país.
“Se capacita al productor o agricultor para que diagnostique la salud de su tierra e instrumente prácticas de manejo sostenible. La meta es replicar el taller con más gente de su ejido o comunidad”, dice Mario Cayetano Salazar, colaborador del PUEIS y técnico académico del Instituto de Geografía.
¿Qué es el PDS?
Lulú es originaria de la alcaldía Álvaro Obregón, pero hace tres lustros, aproximadamente, comenzó a dedicarse a las labores del campo junto a su esposo, quien proviene de una familia de productores.
En tanto, Macri, que pronto cumplirá 71 años, heredó el terreno de su padre y hace menos de dos décadas empezó a trabajarlo. Ella comenta que la zona chinampera está en decadencia por falta de relevo generacional. “Cuando empecé a labrar mi parcela era completamente infértil; ahora cae una semilla y solita brota la planta, hasta me da risa”.



