Las personas comienzan a prepararse para el próximo 1 y 2 de noviembre cuando se celebra el Día de Muertos, una de las tradiciones de nuestro país que ha trascendido fronteras.
Parte importante de la celebración es la ofrenda o el altar de muertos que además es una oportunidad para reunir a la familia.
Y para que esta costumbre no represente un gasto que dañe la economía de las y los consumidores, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) tiene algunas recomendaciones.
Es importante considerar que la ofrenda puede estar conformada por productos y alimentos que dependen del gusto y presupuesto de cada familia, no necesariamente con los de una ofrenda típica.
Algunos de los elementos que pueden estar presentes son los alimentos que los difuntos disfrutaban en vida, y acompañarlos con algunos otros que son tradicionales, como el pan de muerto, tamales, atole, frutas, dulces y calaveras de azúcar o de chocolate.
La Procuraduría aconseja planificar el presupuesto, elaborar una lista con los objetos que se necesitan o que incluyen en el altar (papel picado, flor de cempasúchil, agua, sal, velas o veladoras, pan de muerto, copal o incienso) y tomar en cuenta la reutilización de decoración de años anteriores.
Es recomendable adquirir solo lo necesario y hacerlo con antelación para evitar compras aceleradas y precios elevados. De igual manera, aprovechar las promociones y ofertas reales que ofrecen los establecimientos.