Javier Ballesteros explica el alcance del nuevo observatorio, que será la base de datos astronómica más grande de la historia
Ubicado en el Desierto de Atacama, en Chile, aportará información clave para la comprensión de la materia y la energía oscuras
¿Por qué el telescopio Vera Rubin transformará nuestro concepto del universo en la próxima década? Fue la pregunta que detonó la conferencia más reciente del Centro Astronómico Clavius de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, impartida por Javier Ballesteros Paredes, investigador del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, quien abordó las características y objetivos de este observatorio que entrará en operaciones en 2025.
La base de datos astronómica más grande de la historia
El especialista explicó que el telescopio Rubin se construye en el Cerro Pachón, en el desierto de Atacama, Chile, y permitirá observar de manera sistemática el cielo austral con una capacidad inédita. Durante diez años realizará un registro continuo del firmamento, lo que lo convertirá en la base de datos astronómica más grande jamás creada.
De acuerdo con la presentación, el objetivo central del proyecto es estudiar fenómenos transitorios y objetos de difícil detección, además de aportar información clave para la comprensión de la materia y la energía oscuras, dos de los grandes enigmas de la cosmología contemporánea.