Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas A&M logró desarrollar el primer gel metálico del mundo, un material híbrido que combina la fluidez de un líquido con la estructura sólida de un esqueleto metálico.
Este avance, que surgió casi por accidente, podría transformar por completo el diseño de las baterías de metal líquido, haciéndolas más seguras y versátiles.
Un descubrimiento inesperado
El hallazgo se produjo durante un experimento con cobre y tántalo. Al calentar la mezcla a temperaturas cercanas a los 1.000 °C, el cobre se volvió líquido, mientras que el tántalo mantuvo su forma sólida, creando una estructura porosa capaz de atrapar el metal líquido.
Así nació el gel metálico: un material que no es completamente sólido ni líquido, pero que conserva propiedades de ambos estados.
Limitaciones de las baterías de metal líquido actuales
Las baterías de metal líquido destacan por su alta capacidad energética y su capacidad de funcionar a altas temperaturas. Sin embargo, presentan un problema clave: la inestabilidad física.
El metal líquido puede desplazarse dentro de la celda, provocando cortocircuitos o pérdida de eficiencia. Por esta razón, hasta ahora se han utilizado casi exclusivamente en instalaciones fijas, como plantas de almacenamiento de energía.



